
La empresa Bio-Bean, creada por Arthur Kay, vio la posibilidad de aprovechar como biocombustible los residuos orgánicos de las 20 millones de taza de café que se beben en Londres todos los días.
Con los posos del café y otros residuos cafeteros, han sido capaces de generar bioetanol, biocombustibles sólidos y biogás, además del biodiésel tipo B20, compuesto por un 80% de diesel y un 20% de biodiesel, que ya ha comenzado a mover a los famosos autobuses rojos de la ciudad.
Para este proyecto en fase piloto que finalizará en los motores de los autobuses de Londres, Bio-Bean se ha aliado con Shell, quien se ha encargado del apoyo tecnológico y financiero, y con Argent Energy, quien se ha encargado de la parte de elaboración del biocarburante.
En su colaboración conjunta han logrado que seis mil litros de aceite obtenido a partir de los posos del café se hayan podido convertir en biodiésel.
En los cálculos aportados por Shell, los seis mil litros obtenidos serían suficientes para alimentar un autobús durante un año. Tienen claro que con los desechos de los veinte millones de tazas de café diarias se podría abastecer un tercio de la red de autobuses de Londres.
Bio-Bean por su parte, ya ha establecido alianzas con cafeterías y empresas del café del Reino Unido, con el fin de poder reciclar hasta 50.000 toneladas de posos de café al año, que es el cupo que se valora para tratar en la fábrica en la que se trabaja.
Una vez obtenido el aceite, se mezcla con otras grasas y aceites vegetales antes de ser enviado a Argent Energy.
En la fase que le corresponde, Argent Energy procede a la transesterificación del aceite para producir el biodiesel B20 que se combinará con el diesel fósil.
En la fábrica de Bio-bean no solo se produce el aceite necesario para el biodiesel.
Los posos del café también sirven para elaborar compuestos químicos y briquetas y pálets, estos últimos son bio-energía sólida para producir energía calorífica para chimeneas, calderas, hornos y estufas, con un poder calorífico hasta un veinte por ciento superior al de la madera.
Como podemos ver las posibilidades de obtener productos a partir de los posos del café son inmensas. De hecho, volviendo al biodiesel, ya en 2008, un equipo de la Universidad de Nevada adelantó que existía una posibilidad de producir 200 millones de litros anuales en el mundo a partir del aprovechamiento de los desechos del café.
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