
El mayor centro de energías renovables de España agoniza
En Almería, en el desierto de Tabernas y muy cerca de los escenarios cinematográficos utilizados en los espagueti wester, España tiene el mayor centro de investigación de energía termosolar de Europa.
Desde estas instalaciones ha salido la mayor parte de la tecnología que se utiliza en las centrales comerciales al uso.
En la Plataforma Solar de Almería, España tiene instaladas en plantas de energía termosolar el equivalente a dos centrales nucleares. Según Sixto Malato, investigador de la Plataforma, dependiente del ministerio de Economía, “si se ocupase el 1,5% de las superficies de los desiertos de la Tierra, se generaría suficiente electricidad para todo el planeta”.
Lógicamente, la base de la producción de nuevas tecnologías exportables por empresas españolas a otros lugares del mundo, la constituye su grupo de científicos.
Pero el centro de investigación está viviendo unos momentos absurdos e ilógicos. Las restricciones presupuestarias han llevado al paro al 35% de los investigadores de la Plataforma Solar de Almería, encontrándose alguna planta parada desde hace cuatro meses.
Aunque el centro dispone de millones de euros en financiación, debido a restricciones impuestas por el Gobierno desde el año 2016, no los puede gastar, lo que puede suponer el colapso total de un centro considerado por la Unión Europea como estratégico.
Por normas impulsadas por el Gobierno para limitar el gasto, Hay unos seis millones de euros que se encuentran bloqueados, según informa Sixto Malato. Estas normas, ligadas a los presupuestos generales del Estado del 2018, son particularmente incongruentes puesto que, por ejemplo, impiden a los “organismos públicos de investigación” gastar más del 50% de su presupuesto mientras no estén aprobados los generales del Estado, lo que obliga a dejar en el paro, en este centro, al 35% de la plantilla de investigadores.
Sixto Malato, ex director de la Plataforma Solar de Almería, quien dimitió el pasado noviembre de su cargo como protesta para forzar al Gobierno a reconsiderar y levantar estas restricciones ilógicas, no ha conseguido que con su actitud se implante la cordura en quienes corresponda, y comentaba que, puesto que gran parte del presupuesto que reciben viene de Europa, en el caso de persistir las restricciones “tendríamos que empezar a devolver el dinero de Europa”.
La Plataforma Solar de Almería tiene un presupuesto anual de seis millones de euros de los que prácticamente la mitad proceden de proyectos europeos, y depende del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas, quien a su vez tiene unos 70 millones de euros afectados por estas restricciones.
Los investigadores son todos licenciados universitarios o doctores, y no desean ser identificados por miedo a represalias. La mayoría lleva unos quince años en el centro, empalmando contratos temporales, y alguno/a se atreven a decir que “El problema de nuestra situación es de España, del estado de la ciencia y de las escasas perspectivas laborales de gente que tenemos una formación muy alta».
Al igual que hizo en febrero el presidente de la patronal europea de energía termosolar, hay que pedir al Gobierno cordura y responsabilidad para que la Plataforma Solar de Almería “recupere su eficiencia en la gestión de proyectos y el nivel de eficiencia en innovación”.
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