
La pandemia no sirvió de nada ante la emisión de gases que provocan el efecto invernadero
Los gases culpables del efecto invernadero están atrapando el calor en la atmósfera, aumentando las temperaturas. Y provocando un clima más extremo, el derretimiento del hielo, el aumento del nivel del mar y la acidificación de los océanos.
La concentración de este gas es el resultado de las emisiones acumuladas pasadas y actuales. Dicho margen ha aumentado respecto a 2019, año en que los niveles de CO2 superaron el umbral de 410 partes por millón, informaba el Boletín de Gases de Efecto Invernadero de la Organización Meteorológica Mundial- OMM.
Urge un cambio de mentalidad
Según Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, señaló que «El dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante siglos y en el océano durante aún más tiempo. La última vez que la Tierra experimentó una concentración comparable de CO2 fue hace 3-5 millones de años, cuando la temperatura era 2-3°C más cálida y el nivel del mar era 10-20 metros más alto que ahora. Pero entonces no había 7.700 millones de habitantes»
La pandemia no era la solución para el cambio climático, pero se debe recalcar que proporcionó una plataforma para una acción climática más sostenida y ambiciosa para reducir las emisiones a cero a través de una completa transformación de nuestros sistemas industriales, energéticos y de transporte.
Los cambios que se deben llevar a cabo deben ser económicamente asequibles y técnicamente posibles, que sólo afectarían a nuestra vida cotidiana de forma marginal. Es de agradecer que un número cada vez mayor de países y empresas se hayan comprometido a la neutralidad del carbono.

Según el The Global Carbon Project (Proyecto Global de Carbono), se estima que durante el período más intenso del confinamiento, las emisiones diarias de CO2 se pudieron reducir hasta un 17% a nivel mundial.
El próximo 9 de diciembre, Naciones Unidas publicará un nuevo informe sobre las emisiones de gases de efecto invernadero. Dicho informe dara a conocer niveles actuales e indicandicara las emisiones permitidas para que el mundo avance por la vía menos costosa para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Ya lo decía Pedro Valdez Valderrama en su artículo “¡La tecnología nos salvará!”, la única salida posible es reducir de forma dramática el consumo energético.
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