
¿Qué significa esto? ¿Supone que por fin Portugal va a dejar de depender de los combustibles fósiles?
Es cierto que la oferta de energías renovables fue superior a la demanda total. Durante el mes de marzo pasado, el total de la demanda de energía eléctrica de Portugal fue cubierta con energías renovables, superando el 103% de producción.
Realmente, que Portugal haya cubierto durante todo un mes la demanda de electricidad con energía procedente de las diversas renovables, es un hito muy importante, sirve y es necesario, pero no es la solución determinante.
El gran público podría pensar que ya está todo solucionado, que comenzamos a vivir en un mundo verde y sin contaminación, lleno de aerogeneradores y placas solares. Pero estos sistemas de producción no son tan sencillos de entender y los resultados como el actual pueden lograr con facilidad hacernos comprender una idea equivocada de lo que son capaces las nuevas energías.
No es la primera vez que Portugal puede cubrir toda la demanda de electricidad con energía renovable. Ya sucedió en el 2016. Entonces estuvo cuatro días seguidos produciendo más energía renovable de la que demandaba el país.
Para poder asimilar mejor esta situación, “xataka.com-energía” se ha puesto en contacto con el experto en ingeniería de alta tensión y sistemas eléctricos de potencia, Rubén Lijo, especialista además de integración de energía eólica en Red.
El especialista comenta que “Portugal tiene una capacidad eléctrica muy alta en cuanto a potencia instalada, por lo que es normal que se alcancen estos porcentajes, ya que la hidroeléctrica, de todas las renovables, es la que más favorece mantener un porcentaje alto de penetración porque está constituida por generadores síncronos, como los de las centrales térmicas”.
Portugal necesita 4.647 GWh para que el país funcione, y las energías alternativas produjeron en marzo 4.812 GWh. ¿Por qué en marzo? El temporal, las lluvias y el viento que han sacudido el país, han logrado dejar en máximos la producción de energía de los ríos y embalses y de los parques eólicos. Ahora el próximo objetivo del gobierno portugués es garantizar la producción total durante todo el año, para el año 2040.
Ante la posibilidad de que Portugal pueda funcionar con el 100% de renovables, el experto continúa diciendo: «Las fuentes de energía renovable son muy variables y no disponemos de capacidad de almacenamiento a gran escala que nos permita asegurar su gestión. Los sistemas eléctricos funcionan como una balanza, generando la misma cantidad de energía que se consume”.
Rubén Lijo, explica que esta falta de capacidad de almacenamiento es el primer impedimento para la adopción total de energías renovables. La falta de almacenamientos y los problemas de volcado a la Red, nos obligan de momento a mantener un mix eléctrico que asegure el funcionamiento del 100% de la demanda, lo que no impide que se sigan ampliando instalaciones y estudiando nuevas soluciones de almacenamiento gestionables con la demanda.
Y comenta como ejemplo que «Alemania es el claro ejemplo de que apostar por las renovables de forma descontrolada trae efectos negativos y, no solo ha aumentado su dependencia energética de los países colindantes con el cierre masivo de nucleares, sino que además han pasado a contaminar más desde centrales térmicas convencionales para poder garantizar el suministro de la demanda que las renovables no pueden cubrir«.
También considera que mantener en el mix a la energía nuclear es aún necesario, si pretendemos conseguir el 100% de renovables, poco a poco. Quedan muchos obstáculos por superar y considera precipitada la actuación de Alemania de eliminar todas las nucleares, lo que la ha hecho retroceder en cuanto a consecución de objetivos en eliminación del CO2 y mejora del medio ambiente.
Por su parte, el gobierno portugués ha suspendido la subvención otorgada a las plantas de producción energética funcionando con energías fósiles, cantidad que ronda los 20 millones de euros.
La energía producida durante el mes de marzo en Portugal ha sido en un 55% procedente de las centrales hidráulicas, el 42% de los parques eólicos, y el otro 3% de otros sistemas alternativos, que han supuesto un ahorro de 1,8 millones de toneladas de dióxido de carbono.
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