
En estos momentos se está desarrollando la “23 Cumbre del Clima” en la ciudad de Bonn (Alemania), bajo los auspicios de Naciones Unidas.
La celebración de este evento sobre el cambio climático se lleva a efecto entre los días 6 y 17 de noviembre en la ciudad de Bonn (Alemania), presidido por Fiji (en donde debería de haberse realizado la conferencia), con el apoyo organizativo del gobierno de Alemania.
El reto de esta conferencia es consolidar la confianza para implementar los “Acuerdos de París” que reconocía las causas del cambio climático como hechos inequívocos, consciente de que la falta de acciones frente al calentamiento global pone en peligro los ecosistemas, los medios de subsistencia y la vida humana, con la evidencia de que el tiempo de actuar para evitarlo se acaba.
El Acuerdo de París, planteó rebajar en dos grados centígrados la temperatura del planeta en comparación con la época preindustrial, de ser posible a 1,5 grados. El pacto fue firmado en 2015 en el seno de la ONU y ha sido suscrito por la inmensa mayoría de los estados miembros, a excepción de Siria.
Tras la declaración de la administración de Donald Trump de que iba a abandonar el compromiso medioambiental, Alemania ratificó su compromiso pero aclaró que no cubriría el vacío dejado por Estados Unidos.
No obstante su ministra Hendricks anunció que Alemania aumentaría en 50 millones de euros su ayuda al fondo de la ONU para luchar contra el cambio climático.
Debido a que la retirada de Donald Trump del Acuerdo de París no es efectivo hasta dentro de tres años, habrá una delegación representando a Estados Unidos en este 23 evento, encabezada por el gobernador del estado California Jerry Brown, quien apoya la prevención del cambio climático con el pase gradual de las energías procedentes de fósiles al pase a las energías renovables.
La principal causa del cambio climático son las emisiones de gases de efecto invernadero.
Otro compromiso de la conferencia es convencer a Donal Trump de que retome el compromiso de los Estados Unidos, que él rompió, de reducción de este tipo de gases.
Así como la necesidad de implementar acciones conjuntas para enfrentar a la comunidad internacional contra los desastres climáticos y la escasez de alimentos.
En esa línea, el tema que Fiyi ha puesto en el centro del debate es el de la vulnerabilidad extrema de lugares, como las pequeñas islas Estado del Pacífico que están siendo devoradas por la subida del nivel del mar, ante los efectos de un cambio climático fundamentalmente causado por otros.
24 organizaciones intersectoriales de China, reunidas en el colectivo Coalición China, proponen metas obligatorias a los países industrializados para reducir la emisión de gases de efecto invernadero con respecto a 1990, al menos de un 30% para 2020, un 80% para 2050. Y referente a la ganadería, reducir el consumo de productos de origen animal en un 40% hasta el 2040.
Falta mucha voluntad y mucho esfuerzo para conseguir los compromisos del acuerdo de París del 2015, acuerdos que son insuficientes para conseguir una disminución estable de las temperaturas, pues solo cubren un tercio de las medidas necesarias para conseguirlo.
La cumbre, en la que participan 25.000 personas, servirá para ver si el espiritu de París 2015 sigue vivo y se puede mejorar.
Esperemos que se cumplan las espectativas por el bien de la humanidad.
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